ALMUDÍN

Año Construcción: s. XV

Situación: Pza. de San Luis Beltrán 1

Intervenciones: José Mª Herrera García, Juan Añón Gómez, Rafael Martínez

Situado junto a uno de los accesos de la valencia romana, sus orígenes se remontan a época de la Conquista, aunque su configuración actual corresponde a una profunda remodelación realizada el el primer cuarto del s. XV. Edificio exento, de aparente sencillez, revela una notable complejidad interpretativa debido a las numerosas reformas y ampliaciones que ha sufrido a lo largo de su historia y que, en buena parte, no han podido ser debidamente documentadas.
Depósito de trigo de la ciudad hasta los primeros años del s. XX, se construyó sobre una planta trapezoidal estructurada en torno a un patio central rectangular, configuración similar al Almudín de Xátiva, que fue posteriormente cubierto por una estructura de madera objeto de diversas remodelaciones, la última en 1874, hasta llegar a la actual, de concepción moderna, realizada en el curso de las obras de restauración y consolidación llevadas a cabo por los arquitectos Juan Añón, José Mª Herrera y Rafael Martinez, (1993-1996) cuya principal aportación fue la recuperación de la inédita y original fachada de la plaza de San Luis Beltrán, con un pórtico formado por tres arcos de cantería dispuestos según los cánones de la tradición serliana.
El espacio actual presenta una concepción basilical con interesantes labores de cantería sobre todo en los arcos de la parte colindante con la calle Angosta del Almudín e ingenuas pinturas de marcado carácter popular alusivas a las funciones y organización de la institución, y con diversos motivos religiosos, realizadas a partir de 1609. El cerramiento exterior está formado por potentes muros de tapia valenciana, variedad del tapial de tierra con gravas y cal apisonada en el que se disponen, a modo de traba, hiladas de ladrillos colocados a tizón, reforzando sus esquinas con sillares. La coronación del muro denota la existencia de las almenas que facilitaban la custodia del edificio y su mercancía. Las obras de restauración mejoraron sustancialmente la luminosidad de su interior, y han revalorizado sus pinturas murales aunque la pérdida de las cerchas y atirantados de madera le han hecho perder parte de su encanto. El pavimento existente, de losas de piedra del s.XV, que cubría el original de cantos rodados, se ha reutilizado en la calle Angosta del Almudín. La restauración fue objeto de una mención en los Premios COACV 1996 y Premio Europa Nostra 1998.
(Texto extraido de la «Guia de Arquitectura de Valencia» CTAV 2007. + Información)