CIUDAD DE LAS ARTES Y LAS CIENCIAS

Año Construcción: 1991-2009

Situación: Avda. Autopista del Saler 1-7

La Ciudad de las Artes y las Ciencias, situada entre el antiguo cauce del río Turia y la autovía del Saler, se enmarca dentro de un ambicioso proyecto que tiene como objeto crear una nueva centralidad en la ciudad de Valencia donde antes se extendía un área industrial desestructurada. No en menor medida, se trata de crear una imagen de marca, la de la Valencia del s. XXI. El complejo se organiza en torno a un eje, conformando una entidad propia en el que se distribuyen l´Hemisfèric, el Palacio de las Artes y el museo Príncipe Felipe, proyectados por el arquitecto valenciano Santiago Calatrava Valls. Completa el conjunto l’Oceanogràfic, cuyas cubiertas fueron diseñadas por el arquitecto Félix Candela. La Ciudad de las Artes y las Ciencias se erige como el elemento principal de una sucesión de episodios a lo largo del antiguo cauce del río que se inician con el parque de Cabecera.
El conjunto se asienta en la cota del lecho del rio, rodeado por extensos lagos artificiales, en oposición a la idea original, donde el protagonismo lo tomaba el rio, que recuperaba su función convirtiendo el museo en un gran muelle donde atracar los barcos. La modificación del planteamiento inicial deja sin sentido algunos elementos de la actuación. El uso en todo el conjunto de hormigón blanco en los distintos edificios, así como el trencadís blanco y azul en los revestimientos del espacio publico, confieren unidad a toda la actuación. Con el uso del trencadís, Santiago Calatrava, rescata este elemento tradicional de la arquitectura Valenciana, presente en otras obras relevantes de la ciudad como la estación del Norte o el mercado de Colón.
El primer elemento en ser finalizado, l´Hemisfèric (1998), ocupa una superficie de 26.000 m2, situado sobre el eje este-oeste y flanqueado por dos estanques rectangulares. Alberga en su interior una sala semiesférica con cúpula para ofrecer proyecciones IMAX panorámicas a alrededor de 300 personas. Sobre esta cúpula interior se construye la cubierta mediante una sección de cúpula de geometría ovoidea con una estructura móvil accionada hidráulicamente que controla la mayor o menor apertura del espacio exterior cubierto.
En el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe (2000), Santiago Calatrava explora las formas del cuerpo humano, en concreto, la columna vertebral, una constante en su obra. El museo se genera mediante la repetición de una sección básica formada por una estructura de formas orgánicas de hormigón armado blanco. Al norte, la fachada se resuelve con un gran muro cortina bajo el que se ubican los espacios de acceso y de circulación principal desde el cual se puede contemplar el resto de plataformas donde se sitúan las áreas de exposición. Destacan en la fachada sur dos grandes escaleras que tuvieron que ser añadidas una vez concluido el edificio por exigencias de la normativa de protección contra incendios. Pese a las dificultades de insonorización y de control lumínico se trata de uno de los museos más visitados y conocidos de la ciudad. Conjuntamente con el museo se inauguró l’Umbracle, formado por unas marquesinas metálicas que cubren una zona ajardinada compuesta por más de 50 especies florales autóctonas de la Comunidad Valenciana. L´Umbracle alberga el aparcamiento del complejo y define la fachada sur, creando no tan solo un paseo mirador sobre l’Hemisferic y el Museo de las Ciencias, sino también un visillo o filtro que matiza la visión de las edificaciones circundantes desde el interior.
El Palau de les Arts Reina Sofía (2005), es el edifico que remata el conjunto sustituyendo a la torre de telecomunicaciones del proyecto inicial. La presencia de este edificio escultórico, con formas náuticas es imponente y aparece como fondo de perspectiva de todo el viejo cauce. El edificio tiene forma lenticular desarrollándose bajo una gran sobrecubierta, apoyada en un extremo en su zona oeste y en la zona central quedando la zona este de la cubierta totalmente en voladizo. Dos cáscaras construidas en acero laminado con un peso aproximado de 3.000 T. conforman la piel exterior del edificio. Se trata de un gran alarde estructural donde el material predominante es también el hormigón blanco. El ágora, una plaza cubierta de 70m. de altura, ubicada entre el museo Principe Felipe y l’Oceanogràfic completa el complejo, que se presenta hoy como estandarte de la modernidad y símbolo de la nueva Valencia.

(Texto extraido de la «Guia de Arquitectura de Valencia» CTAV 2007. + Información)