COLEGIO E IGLESIAS DE LAS ESCUELAS PÍAS

Año Construcción: 1739

Situación: c/ Carniceros 6

Sobre una manzana aproximadamente rectangular se levanta el conjunto de las Escuelas Pías. El convento y el colegio se construyeron entre 1739 y 1742 y la iglesia entre 1767 y 1773, abriéndose una plaza frente a la fachada de la iglesia en 1775. El conjunto colegio-convento, de Blas del Espíritu Santo, es de planta rectangular de cuatro alturas, con claustro construido de ladrillo visto y galerías en los pisos. La fachada es de estilo barroco, también de ladrillo con huecos adintelados, configurándose junto con la fachada de la iglesia como un todo compacto, con una composición conocida como iglesia-bloque frecuente en la arquitectura conventual madrileña del XVIII, y que aquí también se materializó en la Iglesia y Convento del Temple.
La construcción de la iglesia fue impulsada por el arzobispo Mayoral que quiso que se diferenciara de las construidas hasta entonces. Estableció sus trazas el maestro de obras José Puchol (quizá a partir de un proyecto de Alberto Pina) asistido por el arquitecto Antonio Gilabert. Se puede atribuir a Puchol el planteamiento estructural del templo y la dirección de las obras hasta el primer cuerpo, y a Gilabert la composición interior, fachada y campanario, así como la dirección de obras hasta su conclusión. La iglesia, de planta centralizada cubierta con cúpula, es similar a la de los Agustinos de Valladolid, o las Bernardas y San Francisco el Grande de Madrid. El interior está inspirado en el Panteón de Roma, lo que se manifiesta en la composición unitaria de los dos cuerpos superiores, con estructuras adinteladas en el primer piso y nichos en el último nivel, siendo el subterráneo de la iglesia una estructura circular abovedada para mausoleo de escolapios ilustres. Se articulan ambos cuerpos con el altar mayor, abierto bajo un arco rebajado que penetra en el segundo piso. Los efectos de dinamismo y movimiento de la planta se combinan con una respetuosa sintaxis clásica, destacando las pilastras corintias, los frontones circulares o triangulares así como las potentes columnas toscanas de mármol blanco en todo el recinto. De la cornisa del último cuerpo arranca la gran cúpula, elevándose sobre el anillo superior la linterna. Tanto la cúpula como la linterna se cubren con teja azul resaltando los nervios con teja blanca.
La fachada principal de la iglesia debe su composición al modelo contrarreformista derivado del Gesú, anteriormente reflejado en Santo Tomás, iglesia de la que también repite el campanario. Numerosos elementos clasicistas, representantes incipientes del academicismo ilustrado quedan, por su carácter aislado, ahogados en el esquema general de la fachada heredero del inmediato pasado barroco. Entre 1995 y 1999 se restauró la fachada de la iglesia y del colegio dirigido por Rafael Soler Verdú. La iglesia fue declarada Monumento Histórico Artístico en 1982.
(Texto extraido de la «Guia de Arquitectura de Valencia» CTAV 2007. + Información)