JARDÍN DE LAS HESPÉRIDES

Año Construcción: 1998 (1999-2000)

Situación: c/ Beato Gaspar Bono s/n

En poco más de 4.000 m2, este jardín relata al visitante la fábula de las Hespérides, utilizándola como hilo argumental para desarrollar una colección de 50 variedades diferentes de cítricos. La escena mitológica de Hércules triunfante con los frutos de oro en la mano, y la metamorfosis de las ninfas en árbol, se apoya en muros de ciprés intermitentes que confluyen con los cítricos en la explanada central cuya vegetación, sin césped, se ciñe al suelo como un mosaico colorido. Se ha buscado el diálogo del jardín con su entorno, fundiendo sus árboles con la arboleda del Botánico y enmarcando las cúpulas del fondo para que formen parte de la misma escena. En un lado del jardín una espaldera de limonero nos conduce a una pequeña fuente que refleja la escultura de Afrodita, diosa protectora de los jardines. El extremo opuesto lo recorre una pérgola vestida con acantos, hiedras y bougainvilleas, que se prolonga hacia la salida con una espaldera de naranjo amargo. De las cuatro puertas del jardín dos son de hormigón, se diría que fundidas con el muro de cierre. Las otras dos, de chapa de acero, insinúan algunos pasajes literarios relativos a la escena mítica que tiene lugar en su interior. El agua, siempre presente, recorre las terrazas y desde la fuente de mármol situada en lo alto, desciende hasta la alberca central que refleja la arboleda del Botánico. El jardín se propone como una aportación de nuevos lenguajes a la jardinería urbana actual. Es un espacio cerrado que invita a entrar en el mundo de las sensaciones, a relacionarse con la naturaleza formando parte de ella, contemplándola, al tiempo que recupera aspectos olvidados de la historia y la cultura jardinera valencianas. Esta cultura, tan brillante durante los siglos XV y XVI y tan desconocida actualmente, estuvo presidida por el cultivo ornamental de los cítricos, bien en forma de árbol o en maceta pero también en setos y espalderas, utilizando técnicas ya perdidas en las que los lligadors d’horts o jardineros valencianos de entonces, eran verdaderos maestros. El jardín de las Hespérides tiene diferentes lecturas, ninguna dominante, todas posibles. Lo vegetal y lo mineral se complementa buscando sensaciones, colores, sonidos, formas, texturas y aromas que acompañan al mito y lo trasladan a nuestra vida cotidiana. Premio COACV 1999-2000.
(Texto extraido de la «Guia de Arquitectura de Valencia» CTAV 2007. + Información)