PALACIO DE JUSTICIA

Año Construcción: 1756

Situación: c/ Palacio de Justicia 1

Intervenciones: Vicente Rodríguez Martín, Camilo Grau García, Camilo Grau Soler, Mario Aristoy, José Ignacio Casar Pinazo, Higinio Picón Crespo

La antigua Casa Aduana Real, mandada construir en 1756 y finalizada seis años después es, desde la Lonja, el primer edificio administrativo de nueva planta construido en la ciudad. Casi extramuros de la ciudad medieval, en las cercanías de la Ciudadela y vinculada al camino del Grao, su emplazamiento buscó la creación de nuevos y seguros espacios de poder para las instituciones del Estado. Desarrollado mediante una doble crujía generada por cuadrados de 30 palmos de lado en torno a un dilatado patio central, el proyecto que trazó Felipe Rubio y Mulet aunaba elementos de la tradición constructiva vernácula con aspectos tipológicos novedosos: así la organización vertical se apoyaba en un sistema de doble escalera de cantería conectado perpendicularmente a una galería abierta que, a través del patio, vinculaba las partes principal y trasera. La planta baja se concibió con gran diafanidad para los depósitos de aduanas, la principal se reservó para los espacios representativos y la última, para la administración. Un serio análisis morfotipológico debe encuadrar el edificio en una concepción arquitectónica novedosa, racional e ilustrada. En 1827 se destinó a Fábrica de Tabacos. En 1887 se construye en situación opuesta a la escalera principal, una nueva escalera metálica con montacargas que hoy sigue asumiendo un papel protagonista en las comunicaciones verticales. En 1895 el edificio sufrió un devastador incendio que dio pié al cuestionamiento del uso fabril.
En 1914 se iniciaron las obras de reforma para la instalación del Palacio de Justicia, dirigidas por el arquitecto provincial, Vicente Rodríguez Martín. Supusieron la alteración del esquema tipológico inicial al trasformar totalmente la crujía que atravesaba el patio y convertirla en el emplazamiento idóneo para una ampulosa escalera imperial que centralizó la planta y que, en su conexión con las crujías delanteras, acabó implicando la demolición de la doble escalera de Rubio, excepto en su función de acceso a las entreplantas que se destinan a usos administrativos. Esta determinación supuso la conversión de los huecos de entreplanta en balcones. A instancias del Ayuntamiento de Valencia, Camilo Grau Soler inició en 1951 una serie de actuaciones de reforma. La más significativa, de 1952, reorganizó la Sala de Pasos Perdidos que daba acceso a los despachos presidenciales. Un último proyecto de 1964, del que el arquitecto se desentenderá, trasformó parcialmente la planta de cubiertas para oficinas. En 1996 se acometió un proyecto de restauración de las fachadas que reintegró el fingido superpuesto a la fábrica de ladrillo y restauró las esculturas de Carlos III, la Justicia y la Prudencia, obras de Ignacio Vergara, que Felipe Rubio había incorporado al remate superior de la portada.
(Texto extraido de la «Guia de Arquitectura de Valencia» CTAV 2007. + Información)