PUENTES MODERNOS
Año Construcción: s. XX-XXI
La aprobación en 1912 del Proyecto de Ensanche de Valencia impulsó la definitiva urbanización de la margen izquierda del Turia. Para reforzar la centralidad del núcleo histórico se debían construir nuevos puentes puesto que desde la conclusión del de San José (1607) solo se habían levantado el puente de madera (1892) y la pasarela de la Exposición (1909), ambos peatonales. Durante el s. XX la ciudad multiplicó por tres el número de puentes para personas y vehículos, además de ejecutar nuevas pasarelas y ampliar algunos de los puentes históricos. Seis de los construidos durante este siglo se reseñan aquí por sus cualidades constructivas y plásticas, la mitad de los cuales surgieron cuando el cauce ya estaba seco. El primero, río abajo, es el Nou d´Octubre (1986-1989, ingeniero Santiago Calatrava) y fue concebido como dos viaductos colocados a ambos lados de una línea de tranvías y que debían atravesar un lago. El puente realizado (agua y tranvías nunca llegaron) comprende dos calzadas separadas, apoyadas en soportes de hormigón y acero y flanqueadas en sus respectivos bordes por pasarelas peatonales en voladizo. Cuatro largas rampas permiten descender al antiguo cauce y disfrutar del espacio inferior, y cuatro monumentales soportes de hormigón, rematados con esculturas metálicas de formas abstractas, caracterizan los accesos. El segundo es el de les Arts (1993-1998; Carlos Fernández Casado S.L., ingenieros: Leonardo Fernández, Javier Manterola, Miguel A. Ástiz, José Cuervo y Agustín Sevilla) que ya estaba en el citado Proyecto de Ensanche. Es un puente bajo que está formado por dos tableros de hormigón de 20 m. de ancho separados entre sí otros 20 m., proyectados como una sola unidad y apoyados en pilas comunes en doble ménsula que desde un pilar vertical, situado en el centro y rematado con una farola vuelan lateralmente para soportarlos. El tercero es el de la Exposición (1991-1995, ingeniero Santiago Calatrava), sustituye a la anterior pasarela y se construyó al mismo tiempo que la estación Alameda de metrovalencia. Consiste en un arco metálico atirantado por un tablero inferior también metálico. El arco está inclinado 70º, tiene sección triangular constante, su directriz es de tipo parabólico y posee puntales para asegurar la estabilidad fuera de su plano. El tablero tiene sección en cajón, está dividido en cuatro celdas y las zonas peatonales se fijan en voladizo mediante ménsulas. El cuarto es el de Aragón (1926-1933; ingenieros Arturo Monfort, José Mª Burguesa y Gabriel Leyda) que figuraba en el Ensanche de 1924 como prolongación de la gran vía Marqués del Túria y con sus alineaciones paralelas a las del puente del Mar, a quien debía sustituir como elemento de conexión con los poblados marítimos. Está dividido en seis tramos y se realizó con hormigón armado apoyando el tablero sobre arcos parabólicos de 25 m. de luz. Sus pretiles, sustituidos tras la riada de 1957, definen una balaustrada con piezas rectangulares de piedra sobre la que se distribuyen columnas de hierro que soportan el alumbrado público. En su entrega con las márgenes tiene cuatro alegóricas esculturas de José Terencio (la Agricultura, la Sabiduría, la Marina y Valencia ofrendando sus riquezas). El quinto es el del Ángel Custodio (1941-1948, ingeniero Arturo Piera) que también estaba trazado en el Ensanche de 1912 y que, al unir el camino de tránsitos por ambas márgenes (actuales Peris y Valero y Eduardo Boscá) cerraba el circuito de esta barrera de impuestos del s. XIX. Tiene seis tramos centrales realizados con vigas rectas de hormigón de alma llena apoyadas sobre pilas de sillería con tajamares poligonales y dos estribos decorativos en los extremos con desagües formados por bóvedas de sillería. Las barandas son también de sillería moldurada y sobre la extensión vertical de sus pilas se ubican las farolas que lo iluminan. Fue ampliado en 1967, dejándolo con una anchura de 31’6 m, seto central y doble calzada. Y el sexto es el de Astilleros (1928-1931, ingenieros Federico Membrillera y Luis Dicenta) que fue construido para acceder al puerto. Tiene cinco tramos de hormigón armado de 22 m. de luz cada uno, tres tramos rectos también de hormigón de 8 m. de luz cada uno, y dos estribos con desagües abovedados de piedra artificial. Dispone de barandillas de hierro forjado, farolas empotradas en cada pila y estribos, y cerámica decorativa en las vigas extremas. Fue ampliado hasta adquirir su fisonomía actual con dos aceras y seis carriles para circulación rodada.
(Texto extraído de la «Guía de Arquitectura de Valencia» CTAV 2007. + Información)